miércoles, 20 de mayo de 2015

Dolor y Más Fantasías



Un boxeador se va a la lona por un fuerte gancho al hígado propinado por el rival  más fuerte que haya conocido. La rodilla está en el suelo, la mirada, perdida y difuminada por los focos, su cuerpo parece decirle basta, su condición no quiere seguir aguantando más asaltos de castigo. Pero, ¿Qué dice su mente al respecto?

Décimo asalto y aún no sé por qué estoy pasando por esto, ¿quién me manda seguir despierto? ¿por qué más castigo? ¿por qué?
En ese preciso instante, retomé la vista y por consiguiente volví a oír la cuenta del árbitro. Las preguntas fueron respondidas por luces, aquellas que me mostraron cuál es el motivo por el que me enfundo los guantes cada día durante horas.
Tú no vas a poder conmigo, he vencido la batalla más dura de mi vida, hace años que lo logré y ahora no vas a ser tú quien me gane. Soy quien quise ser, soy quien ha elegido luchar y no voy a estar más de diez segundos con la rodilla en el suelo, me voy a levantar y voy a demostrarte que no estás peleando contra un trozo de carne. Estás peleando contra algo más, estás enfrentándote a una alma poderosa, a algo inmaterial, capaz de patearte el trasero incluso cuando el corazón decide no latir más. Quizás luche contra un público, un estado, un árbitro y unos jueces que están a tu favor, pero no hay nada más poderoso que el resurgir del cuerpo y el alma, esa fusión que acabará contigo.
No tengo enemigos grandes, pues ya me derroté hace tiempo, sólo eres un obstáculo más.

Se levantó, su cuerpo se fundió con su mente y tomó las riendas del combate. Cuando se produce esa unión, no hay política capaz de frenar la justicia de esa acción. Ganó por KO, él peleaba contra un trozo de carne pintado de purpurina, alguien que no tiene ese espíritu. Dejó claro aquella noche que no hay mayor fantasía en este mundo que el dolor físico, sólo un estado mental como es el dolor pude ser paliado por la voluntad del alma, saber que el único enemigo que puede vencerte es aquel yo que te repite constantemente:

No puedo,
No quiero,
Es demasiado tarde,
No soy capaz,
Hay mucha competencia,
Es caro,
Es imposible,
Hay gente con más talento,
Tengo miedo,
Soy realista,
No he nacido para triunfar,
Está muy lejos,
No tengo recursos.

Ganar no es lo más importante, sólo el resultado de tu trabajo, aquel que te identifica, que te hace levantarte cada día para dedicarle horas y horas a aquello que quieres ser, sin complejos, sin excusas. 
Tira adelante.

Adrià Gil Viñuelas

Lo más importante de esto es ser capaz, en cualquier momento, de sacrificar lo que eres por lo que te convertirás. (Charles Dubois)

No hay comentarios:

Publicar un comentario